CSS funciona como complemento a la información que forma parte de un sitio web. Mientras que el código en HTML incluye todos los datos, el código en CSS se encarga de darles formato y presentarlos visualmente a través de un navegador.
Al acceder a un sitio web el navegador debe rastrear la información contenida en el HTML y traducirla a un DOM (o modelo de objetos del documento). Estos objetos deberán ser conjuntados con los bloques de código correspondientes en CSS para que el estilo elegido sea aplicado a ellos y aparezcan en el formato asignado en el computador.
Según sean los selectores que hayas utilizado en tu CSS se aplicarán diferentes propiedades a cada bloque de información en HTML. Al utilizarlos podrás modificar fácilmente el estilo de un conjunto definido de bloques, manteniendo la imagen de tu marca en todo tu contenido.
CSS utiliza una sintaxis simple basada en el inglés con un conjunto de reglas que la gobiernan. Como mencionamos anteriormente, HTML no fue hecho con la intención de utilizar elementos de estilo, sino solo para el marcado de la página. Fue creado simplemente para describir el contenido. Por ejemplo: <p>Esto es un párrafo.</p>.
Pero, ¿cómo le aplicas un estilo al párrafo? La estructura de sintaxis CSS es bastante simple. Cuenta con un selector y un bloque de declaración. Primero seleccionas un elemento y luego declaras lo que quieres hacer con él.
Sin embargo, hay reglas que debes recordar. Las reglas de la estructura son bastante simples, así que no te preocupes.
El selector apunta al elemento HTML que deseas estilizar. El bloque de declaración contiene una o más declaraciones separadas por punto y coma.
Cada declaración incluye un nombre de propiedad CSS y un valor, separados por dos puntos. Una declaración CSS siempre termina con un punto y coma, y los bloques de declaración están rodeados por llaves.
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